martes, 30 de noviembre de 2010
"Trotski no existió jamás" o cómo reescribir la historia
Ahora está, ahora no está. Ahora está...
Da igual que puedas encontrar cientos de datos sobre su origen, su trayectoria política y sus desavenencias con la facción que tomó las riendas de su país en cierto momento. Trotski no existió.
No gustaba a tirios ni a troyanos, no se adhería del todo a unos ni a otros, y eso se paga caro. La falta de gregarismo es lo que tiene.
De ahí al exilio, la malinterpretación de datos e incluso el trucaje de fotografías sólo había un paso. Y se dio. Terminó con un piolet en la cabeza, para borrarlo del todo del mapa. Pero eso sólo alimentó su leyenda, y seguramente ese "martirio" fue lo que le salvó del ninguneo y contribuyó a la búsqueda de datos que le volvieran a lo que había sido: Un hombre comprometido con su causa y disidente al mismo tiempo.
Otros muchos, no sabemos cuántos, habrán quedado en el anonimato del exilio en Siberia o similar, sin derecho a ver restaurada su imagen, porque nadie les clavó un piolet.
Si ya se sabe: "Somos como la hierba del campo, que un día florece y al siguiente se echa en el horno".
Vanidad de vanidades, todo es vanidad.
jueves, 4 de noviembre de 2010
Y al final ¿Quién y como soy?
Reproducción prohibida, (Magritte, 1937)
Entre el deseo y la desesperanza,el desapego y la codependencia, la insatisfacción y el conformismo. Entre la necesidad de ser tomada en cuenta y ser dejada en paz, de ser valorada y ser invisible, de luchar y de dejarme ir, de superarme y de aceptarme como soy, de vivir y de morir.
Entre al agradecimiento por cada día vivido y el desierto de la tristeza infinita.
Y al final ¿Quién y como soy?
martes, 26 de octubre de 2010
Ley de vida
Ha llegado el momento. Esto es una frontera y la acabo de cruzar.
Ahora veo a los viejos tal como son. Ya no los veo de visita, sino que los vivo, los sufro, los compadezco, los deploro. Huelo la naftalina de sus armarios, veo sus intentos artríticos de encontrar las llaves por los bolsillos, de encontrar los recuerdos recientes por su cerebro, de encontrar la realidad entre la maraña de sus pensamientos a veces delirantes.
Veo -y me veo en ellos- a los familiares angustiados ante la imposibilidad de que esos ancianos vean sus límites actuales, que comprendan que se les quiere ayudar y no fastidiar. Los familiares no reconocen ya a sus mayores y al mismo tiempo descubren que son más "ellos" que nunca, porque el pundonor, la simulación o la buena educación se esfuma por momentos y reaparecen las pequeñas y grandes miserias de toda la vida.
De repente uno se siente confuso. Por un lado se siente responsable de un niño grande, un adolescente en lo peor de la etapa rebelde, que habita el cuerpo gastado de un viejo. Siente pena, preocupación, enojo, desesperación y ganas de tirarlo por el balcón, culpabilidad y pena y vuelta a empezar.
El pariente cuidador se siente de repente mayor, al ver la decrepitud en su padre y el paso cruel del tiempo, y un niño desvalido al mismo tiempo. Vuelven los conflictos contenidos durante décadas entre padres e hijos, entre hermanos que no pueden afrontar el problema desde el mismo punto de vista, porque en realidad cada uno de ellos vivió un padre diferente. Eso de que a todos los hijos se les cría igual es una falacia. Ni te pilla el cuerpo igual ni tu estado de ánimo es el mismo entre la llegada de un hijo y otro. Así que pintan bastos.
Y piensa uno - y llega a decir-: Hija, si alguna vez me vuelvo como la abuela me pones unas cuantas gotas de cianuro en el café. Lo dices pensando que no quieres ser igual, que no lo vas a ser, que antes muerta. Lo que no sabes es que, a lo mejor, ya has hecho méritos suficientes, a sus ojos, para merecerte esas gotitas de cianuro. Y que a su vez ella debe pensar lo mismo: "Cuando tenga hijos yo quiero hacerlo mejor". Justo aquello que tú pensabas a su edad.
La mediana edad tiene eso: Mires hacia atrás o hacia delante en el horizonte siempre hay nubes.
Ley de vida.
domingo, 24 de octubre de 2010
Empecemos de nuevo
Nada es lo mismo (Ángel González)
La lágrima fue dicha
Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.
¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?
No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.
martes, 19 de octubre de 2010
¿Verdad?
viernes, 8 de octubre de 2010
Lo que me pide el cuerpo y la mente... Y quien me aguanta
Ilustración de Jesús Cisneros
"...Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres.
Que vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.
No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias.
Y la paz de Dios, que supera todo conocimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Por lo demás, hermanos, todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta."
Epístola a los Filipenses
Estoy viendo a más de uno a quien este texto le está haciendo salir un sarpullido por todo el cuerpo, pero bueno, que se lo tome como se tomaría un proverbio zen, una cita de Gandhi o aquello de "ya lo decía mi papa (no el de Roma)".
Esto no deja de ser eso tan traído y llevado hoy: Pensamiento positivo o programación neurolingüística (PNL).
Es que todo está ya inventado.
En serio, me lo voy a repetir como un mantra. Es que una semana sin fumar más la realidad cotidiana, adobado todo con mi autofustigamiento gratuito, a veces me resulta pelín demasiao.
Hala, a más ver.
martes, 5 de octubre de 2010
la sombra de la demencia
Se cierne sobre aquella de quien yo tantas veces había dicho que estaba loca. Ahora, desde hace unas semanas, la expresión que utilizamos es que se puso -se pone a intervalos- como una loca. Es un matiz diferente. Su razón, que siempre fue caprichosa, subjetiva y egocéntrica, parece perderse poco a poco.
La que más razón tenía, la que según ella no era suficientemente tenida en cuenta -cómo no tenerla en cuenta, cuando siempre quiso ser la que más llamaba la atención- parece estar perdiendo la razón.
Aquella que sabía que mentía, en el fondo, ahora cree sus propias mentiras, por más que insiste en que ella no miente, que lo que dice es "el evangelio bendito". Repite insistentemente que lo que ella cuenta es La Realidad, así, en mayúsculas, de forma enfática. Pero ahora se lo cree. Y en esa creencia consiste su posible e incipiente demencia.
Las ganas de estar enferma para ser considerada, en lugar de ser generosa en sus gestos y sus juicios para ser amada, le hacen perder el juicio. Tantas veces gritó que venía el lobo que cuando el lobo ha llegado nos ha costado darnos cuenta de que ahora la cosa era seria.
Es duro ver a la propia madre así, aunque tantas veces hayamos dicho que estaba jugando con fuego con su cuerpo, su mente, su alma.
Yo quiero aprender a cuidarme, para no repetir la misma historia, que es aquello que tanto nos asusta a los hijos en demasiadas ocasiones: Parecernos a nuestros propios padres.
martes, 21 de septiembre de 2010
Aprendiendo a amar una tierra.
La gente había quedado de forma espontánea y fueron miles. Todos con un mismo fin, pero por un sentimiento singular, a la vez.
Para unos despedir a José Antonio Labordeta era reconocer a un hombre que había sido valiente y había defendido a su país, a Aragón, sin complejos tontos, como los que tienen aquellos que temen ser considerados de pueblo por su acento y por los estereotipos de lo que, supuestamente, es un aragonés. Otros fueron a despedir al hombre de izquierdas. Otros más al Abuelo, ese hombre entrañable en su ternura p'adentro, socarrón -somarda lo llaman a eso en esta tierra- y con mal pronto como le pisases el callo. Al hombre de ojos fieros que tanto podía expresar con una mirada.
La noticia, a nosotros, nos pilló en La Campana de loa Perdidos, allí donde los perdidos nos reencontramos. Una llamada de teléfono para decir que había muerto hora y media antes hizo el silencio por un momento e, incluso los que ya pensábamos en irnos, pedimos otra copa, para brindar por él. Cada uno demostró su sentimiento a su manera y todos contamos algo de lo que significaba para nosotros.
Mi cada vez más amigo Guitarrista contó cómo le había acompañado a comprar una guitarra y cómo Labordeta le había ofrecido quedarse con la que había tenido hasta entonces. Guitarrista no lo tomó muy en serio, pero luego comprobó que cuando el hombre daba algo no era de boquilla, era de verdad.
Paloma, con lágrimas en los ojos, contaba cómo había sido maltratada en una manifestación y cómo él, de forma espontánea, la introdujo en una emisora de radio y habló con quien tenía que hablar para que ella pudiera denunciar lo ocurrido. Luego se preguntaba si yo era capaz de entender qué significaba Jose Antonio Labordeta para un aragonés.
Susana no decía nada. Era de las que ya tenía la chaqueta puesta para irse, pero sintió que ese momento era para compartirlo. Seguro que podría contar muchas cosas, pero andaba llorando para adentro, como ayer en la concentración junto a La Aljafería, donde acompañamos al Abuelo y a su familia y nos acompañamos unos a otros.
Elena siguió en su sitio, sirviendo copas,oyendo, viendo y callando, como siempre, pero ella era la que nos había dado la noticia, y ayer, en La Aljafería, donde no habíamos quedado pero nos encontramos, pudo prescindir del hecho de tener que aguantar el tipo detrás de la barra, desde la barrera. Quería involucrarse y ser una más entre tantísima gente.
Los demás, los que estábamos en La Campana la noche en que Labordeta murió, eramos "foranos" como algunos dirían aquí. No somos maños, pero aquí vivo yo y aquí vuelven los otros siempre que pueden. No se entiende. Un paisaje y un paisanaje que pueden parecer tan secos y cómo se hacen de querer al final, cuando te tomas el tiempo de conocerlos.
A mí Labordeta, las miles de personas que ayer cantaban de corazón, sin aspavientos y bajito -con lo que gritan hablando- y la mayoría de la gente que he conocido en este último año y medio de la mano de mi amor, me hacen ir queriendo cada día a esta tierra.
Otro día despotricaré, seguro. Pero es como con los miembros de la familia de una: Un día te los comerías a besos y otros te los comerías a "bocaos", pero son tu familia... Y que no te los toquen.
Entalto Aragón, aunque aún no entienda, en ocasiones, su "somardez".
Y viva Labordeta en nuestra memoria colectiva por siempre.
jueves, 22 de julio de 2010
martes, 20 de julio de 2010
La burbuja
¿Cómo ser capaz, además, de traspasar la burbuja del otro?
miércoles, 14 de julio de 2010
Gloria Fuertes: Poeta (que no poetisa) básica y basicota
Nací para poeta o para muerto,
escogí lo difícil
-supervivo de todos los naufragios-,
y sigo con mis versos,
vivita y coleando.
Nací para puta o payaso,
escogí lo difícil
-hacer reír a los clientes desahuciados-,
y sigo con mis trucos,
sacando una paloma del refajo.
Nací para nada o soldado,
y escogí lo difícil
-no ser apenas nada en el tablado-,
y sigo entre fusiles y pistolas
jueves, 8 de julio de 2010
Vómito
lunes, 5 de julio de 2010
A todas las Wendys que han sido y serán
martes, 29 de junio de 2010
Ni orgullo ni vergüenza
viernes, 25 de junio de 2010
Nostalgia
miércoles, 23 de junio de 2010
Al mal tiempo... Informal pero arreglá
¡Estoy atacá, estoy atacá!
Estoy atacá, mal palo en las costillas a ti te den, riapitá,
mira que estoy atacá, por los traguitos que tú me haces de pasar.
Cogé la puerta, estoy na más deseandito, riapitá,
mira de cogé la puerta, y al salir,
¡salir corriendo como las locas!
Estoy mala de los nervios, ¡estoy mala de los nervios!
¡Ay qué hartura, Dios mío, riapitá,
mira que me voy a la calle a pegar chillíos...!
lunes, 21 de junio de 2010
Mejor me callo
sábado, 12 de junio de 2010
La cucharada estrecha. Cuentos de famas y cronopios
El fama lo pensó largamente, y al final se tomó un frasco de virtud. Pero lo mismo sigue viviendo solo y triste. Cuando se cruza en la calle con su suegra o su mujer, ambos se saludan respetuosamente y desde lejos. No se atreven ni siquiera a hablarse, tanta es su respectiva perfección y el miedo que tienen de contaminarse.
martes, 8 de junio de 2010
Tú eres especial (cuestión de etiquetas)
martes, 1 de junio de 2010
Desahogo y despedida.
domingo, 23 de mayo de 2010
Solos ante el compromiso
(De la RAE)
compromiso.
3. m. Dificultad, embarazo, empeño. Estoy en un compromiso
4. m. Delegación que para proveer ciertos cargos eclesiásticos o civiles hacen los electores en uno o más de ellos a fin de que designen el que haya de ser nombrado.
6. m. Der. Convenio entre litigantes, por el cual someten su litigio a árbitros o amigables componedores.
7. m. Der. Escritura o instrumento en que las partes otorgan este convenio.
Ésta es una palabra peliaguda.
Da igual si las cosas vienen mal dadas o las circunstancias cambian, si has dado tu palabra voluntariamente o coaccionado. Da igual: Te has empeñado. Has adquirido un compromiso.
Hoy muchos huimos (me he de incluir, pues yo también he roto compromisos) de los compromisos familiares, de pareja, sociales.
Durante siglos el compromiso fue una seguridad y al mismo tiempo una cárcel. La palabra dada se mantenía y todo el mundo entendía que era obligatorio mantener la relación con una persona, con un ideal o con las leyes -escritas o no- que la sociedad marcaba.
Hoy en día nos hemos liberado de muchas ideas preconcebidas, de muchas ligaduras que consideramos obsoletas y proclamamos nuestro derecho a andar de por libre.
Pero toda decisión conlleva ganancias y pérdidas. Cada vez somos más libres pero estamos más solos, renegamos de los ideales pero nos sentimos perdidos.
¿Dónde está el equilibrio? Cuando todo es cuestionado nos hemos de responsabilizar de la propia vida y sus consecuencias. No queda más remedio que exponer ante nosotros mismos, a solas, todo aquello que conforma nuestro entorno y replantearnos la vida.
Entonces -una vez tomada las decisiones pertinentes y en plena posesión de nuestras facultades- comprometámonos.
sábado, 22 de mayo de 2010
Me basta así (Ángel González)
Yoshiro Thachibana
Me basta así
Si yo fuera Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.
domingo, 16 de mayo de 2010
Que hable la poesía, que yo ando cabreada
Gloria Fuertes dixit:
Todavía hay gente que al viento le llama céfiro...
Todavía hay gente que al viento le llama céfiro,
y hay quien a lo cursi lo llama poesía,
y a la Poesía, locura.
Todavía hay quien canta a la luna.
¡Yo canto a los hombres de la luna!
A los arrabales de la luna,
a los ríos de leche de la luna;
pero todavía hay gente que se asusta,
se asusta cuando una mujer se pone las botas
para pisar mejor el barro,
se asustan porque somos listos,
porque Dios está con nosotros;
ven que nos quemamos y no comprenden las llamas;
porque componemos canciones previsoras
y al avisar gritamos;
porque en nuestros versos
no hablamos de lo que siempre se habló en los versos:
las olas, la boca, los pájaros.
¿Quien dice que en nuestros versos no hay pájaros?
¿Qué son estos gritos si no aves heridas?
No amar lo caduco, lo seco, lo blando.
¡Los poetas amamos a la sangre!
A la sangre encerrada en la botella del cuerpo,
no a la sangre derramada por los campos,
ni a la sangre derramada por los celos,
por los jueces,
por los guerreros;
amamos a la sangre derramada en el cuerpo,
a la sangre feliz que ríe por las venas,
a la sangre que baila cuando damos un beso.
Cantamos al amor.
A lo fresco.
A lo puro.
¡Estamos hartos de cuentos!
¡Y que aprendan los ñoños que el viento es el viento!
Y que cuando se ama, se ama,
y que sólo es pecado el mal comportamiento.
domingo, 9 de mayo de 2010
¿Quién es mi familia?
martes, 27 de abril de 2010
Sábanas revueltas
DIXÁN
por qué se secará tan lenta la ropa por qué persisten
las manchas de grasa de fruta y de tus labios
si dixán borra las manchas de una vez por todas
por qué la aspereza de las prendas la sequedad de su tacto
si pienso en tus manos en tu modo de mirarme de decirme
que por culpa del amor habrá que lavar las sábanas de nuevo
preguntas tristes tristes como todos los anuncios de detergente
y es que no encuentro mejor suavizante que tus manos
en esos bares supermercados desnudos de la noche
Pablo García Casado.
jueves, 22 de abril de 2010
Digues Amic
Amor és mort de qui viu
i vida d'aquell qui mor;
és en el jorn alegria,
dolça tristesa en la mort,
enyorança en el viatge,
felicitat en el port.
-Digues, Amic: ¿qui té més gran amor,
aquell qui d'amor viu o aquell qui en mor?
-Aquell que en mor -respon l'Amic lleial-
puix ja no hi pot haver amor més alt.
les belleses de l'Amat.
viernes, 16 de abril de 2010
La Ley 52/2007
La Ley 52/2007, conocida como Ley de Memoria Histórica, reconoce el derecho a la reparación moral y a la recuperación de la memoria personal y familiar de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura.
Por esta razón, en su artículo 4 la Ley contempla el derecho a obtener una Declaración de reparación y reconocimiento personal a quienes durante la Guerra Civil y la Dictadura padecieron persecuciones, condenas, sanciones o cualesquiera otras formas de violencia personal por razones políticas, ideológicas o de creencia religiosa.
Estas razones incluyen la pertenencia, colaboración o relación con partidos políticos, sindicatos, organizaciones religiosas o militares, minorías étnicas, sociedades secretas, logias masónicas y grupos de resistencia, así como el ejercicio de conductas vinculadas con opciones culturales, lingüísticas o de orientación sexual.
Mediante esta Declaración, la democracia española honrará a aquellos ciudadanos que padecieron directamente la injusticia y los agravios derivados de la Guerra Civil y de la Dictadura franquista. A quienes perdieron la vida y también a quienes perdieron su libertad al padecer prisión, deportación, confiscación de sus bienes, trabajos forzosos o internamientos en campos de concentración dentro o fuera de nuestras fronteras. Igualmente, se reconocerá a quienes perdieron la patria al ser empujados a un largo, desgarrador y en tantos casos, irreversible exilio.
Ministerio de Justicia.
¿Quién escribe la Historia?
Éste es un país en el que las heridas no cicatrizan. Algunos dicen que mejor no hurgar en la llaga. Otros dicen que mientras no saquemos toda los fantasmas de los armarios -o lo que es lo mismo, los muertos de sus fosas- no habrá salud posible.
Durante años no se pudo hablar y cada cuál, unos más que otros, tuvieron que callar su dolor. Ahora, por fin, pueden y quieren cerrar página, siempre que se les permita contar la historia desde su punto de vista tanto tiempo acallado.
España ha sido un país puesto como ejemplo de lo que debía ser una transición política llena de buena voluntad, civilizada. Pero siempre quedan olvidos inexplicables. Esta transición que comenzó hace 35 años no estará terminada mientras se produzcan hechos como los que están en boca de todo el mundo -como lo relacionado con el juez Garzón- u otros de los que casi nadie tiene noticia, como que los pastores protestantes y sus viudas no puedan cobrar sus pensiones, siendo este un país aconfesional, según la Constitución Española y siendo el protestantismo una de las llamadas religión de arraigo en nuestro país.
Y vuelvo a preguntar: ¿Quién escribe la Historia en este caso? ¿Los que dicen que hay que olvidar, porque son los cachorros de aquellos que tienen tanto que callar?
Toda historia tiene diferentes significados según sea contada, según quién la interprete, aun según lo que quiera entender el que la escucha.
¿Quién tiene todos los datos? ¿Quién será verdaderamente objetivo? En cuanto a la guerra civil española, muchas veces han sido personas ajenas a nosotros, como dice Niall Binns, en un comentario a la edición de un libro sobre la guerra del 36:
Cada vez que se retira una estatua de Franco o se abre una fosa común —en busca de los "desaparecidos" de la guerra— apuntan a heridas históricas sin cicatrizar, y a pasiones y odios que siguen palpitando a pesar del bienestar.
Esta visceralidad explica por qué los mejores panoramas sobre la guerra civil siguen perteneciendo a historiadores de lengua inglesa como Hugh Thomas, Gabriel Jackson, Raymond Carr, Stanley Payne, Paul Preston y ahora, definitivamente, Antony Beevor, en quienes los restos de ese "imaginario romántico" —que llevó a tantos idealistas anglosajones a participar en la guerra— se combinan con buenas dosis de mesura. Es curioso ver, por ejemplo, que el propio Beevor, horrorizado ante la letanía de atrocidades, relaciona —sin atisbo de ironía— el trato humanitario que daban los vascos a sus prisioneros con la educación inglesa de sus dirigentes y su experiencia con nannies británicas: "es posible que aprendieran de los ingleses a ser buenos perdedores".
Cada vez que se retira una estatua de Franco o se abre una fosa común —en busca de los "desaparecidos" de la guerra— apuntan a heridas históricas sin cicatrizar, y a pasiones y odios que siguen palpitando a pesar del bienestar. Esta visceralidad explica por qué los mejores panoramas sobre la guerra civil siguen perteneciendo a historiadores de lengua inglesa como Hugh Thomas, Gabriel Jackson, Raymond Carr, Stanley Payne, Paul Preston y ahora, definitivamente, Antony Beevor, en quienes los restos de ese "imaginario romántico" —que llevó a tantos idealistas anglosajones a participar en la guerra— se combinan con buenas dosis de mesura. Es curioso ver, por ejemplo, que el propio Beevor, horrorizado ante la letanía de atrocidades, relaciona —sin atisbo de ironía— el trato humanitario que daban los vascos a sus prisioneros con la educación inglesa de sus dirigentes y su experiencia con nannies británicas: "es posible que aprendieran de los ingleses a ser buenos perdedores".
Ser objetivo es muy difícil cuando el hecho analizado nos toca de cerca.Pero no sé si el olvido, sin más, es lo mejor. Quien olvida su pasado está condenarlo a repetirlo, dice el aforismo.
Quizá sea mejor no olvidar nunca lo que sucedió, pero siendo humildes para reconocer que es difícil tener todos los datos, aprendiendo de nuestros propios errores y también de los de los demás, dejando el revanchismo y mirando hacia el futuro.
Es difícil, pero las consecuencias de no hacerlo así, es que sigan habiendo dos Españas. Como dijo Antonio Machado -y lo sufrió en sus carnes-:
Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
Parece mentira que estos versos fuesen publicados por primera vez hace 99 años.
¿Cambiaremos algún día o nuestra supuesta "europeidad" será sólo cuestión de maquillaje?