viernes, 25 de junio de 2010

Nostalgia

Playa de Premià de Mar
Montjuich (Barcelona) al fondo

En la ciudad, lejos del mar, el verano es calor, terrazas, mosquitos y poco más.
Yo, que como Serrat nací en el Mediterráneo, echo de menos las mañanas, a primera hora, paseando por la playa, antes de que vengan las hordas a ponerse como sardinas en lata, aceitosos, unos al lado de los otros. Echo de menos el olor del salitre y el sonido de las olas, la espuma del agua en la orilla, los paseos por la noche mientras se observan las luces de los barcos en la lejanía, el pescado recién llegado a la lonja...
Echo de menos la brisa, las noches durmiendo en la terraza, donde hace menos calor que dentro, las buganvilias que me acompañaban desde la infancia y aquí no aguantan, dicen, este sol.

Recuerdo la línea brillante del mar cuando amanece, con el sol que parece salir del mar mojado y aún encendido, y la estela brillante que se refleja en el agua al nacer de nuevo, como cada día.
Recuerdo, sabiendo que está ahí. No es algo del pasado, sino de mi pasado.

Los que vivís junto al mar, dad hoy un paseo por la orilla a mi salud.

9 comentarios:

  1. Como te entiendo Maritornes...

    Yo llevo años lejos de mi isla y por mucho tiempo que pase jamás me acostumbro a la ausencia del mar. Cuando voy de Lleida a Barcelona en tren y pasando Tarragona se empieza a ver el mar...me entra una cosita por dentro que parece que me susurra "ja ets a casa, ja ets a casa".

    Y de todo, los mástiles de los barcos moviendose en el puerto, las sirenas cuando zarpan, los cormarins que entran y salen del agua...de todo eso lo que más echo de menos es el olor a sal que lo impregna absolutamente todo en Eivissa.

    Bonica entrada:)

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  2. Ay, Maritornes, será que de verdad somos del mediterráneo, porque a mi también me gusta el mar tal y como lo describes: cuando no hay nadie, cuando puedes pasear sin tener que saltar a los que están tumbados vuelta y vuelta, cuando puedes sentarte en la arena para deleitarte con una puesta de sol o un amanecer, sólo con el arrullo de las olas... Esas son las horas mágicas que te hacen sentir, de verdad, viva.
    Y aunque yo tengo que desplazarme unos 70 kms. para ir al mar, son los kms que hago con más placer, porque sé que la recompensa merece la pena. Y tengo claro, muy claro, que un día viviré en Cabo de Palos, que todavía conserva parte de su esencia de pueblo pescador.
    Me ha gustado mucho la entrada.
    Un beso.

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  3. Burbu:

    La primera vez que viajé hacia el interior tenía 13 años. Iba a La Rioja.
    No transitábamos por autopista, donde el horizonte se ve algo más lejano. Cuando me vi rodeada de montañas sentía que me ahogaba.
    Trobo a faltar el mar. Molt.

    Un besito.

    :::::::::::::::::::::::::::::::::::

    Severinne:

    70 Km. no son nada. Vale la pena hacerlos, es verdad.
    Yo deseo volver a vivir en la costa. Si es un lugar que no esté plagado de turistas en diversos estados de cocción, mejor.
    Cuando vuelvas al mar piensa un momento en mí.

    Un abrazo

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  4. Yo meteré la mano en el río Aragón y pensaré en tí desde Jaca. A fin de cuentas todos los ríos van al mar.

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  5. Comparto ese amor tuyo por el mar, a pesar de haber nacido tierra adentro. No lo tienes muy lejos de todos modos, escápate en cualquier momento para saludarle.
    Un besito grande

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  6. La mar, yo que soy de raza anfibia, sé que no puedo vivir lejos del mar.

    A lo largo de mi vida he llegado a vivir tres años lejos de la costa, y cada viernes, aun en invierno, aun nevando, y teniendo que colocar cadenas, me subia al coche y corria hasta el mar... alli, encima de un acantilado, a veces azotado por el viento y granizo, respiraba hondo, llenada mi cuerpo de su aroma y de salitre, y ya iba a casa... después , el domingo a la tarde volvia tierra a dentro, donde debia contener dentro ese salitre hasta el siguiente viernes....

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  7. Ays...

    A mi también me gustaría echarlo de menos, osea, haberlo tenido. Tengo alguna esperanza de que vayan pronto cerrando esta meseta o algo.

    Un abrazo, maritornes, x2 como siempre y muchísimas gracias, por dos también ;)

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  8. Pues yo he de prometer y prometo:
    Que habrá un día, más pronto que tarde (espero), en el que podamos vivir a orillas del Mediterráneo y /o el Atlántico.

    Y ojalá este año nos podamos acercar aunque sea un ratico, para poder tomar fuerzas y respirar algo que no sea Mañolandia city.

    Un besito.

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