domingo, 2 de agosto de 2009

No lo supe hacer mejor

Tres hermanas
Hal Marcus



No lo supe hacer mejor.  La penitencia por haberme salido del tiesto es el silencio.   Es peor que el insulto.  La peor de las armas en mi contra.  
Supongo que es más fácil para todos llamarlo protección.
El tiempo  es buen consejero.  Eso espero.

Os quiero.



Sin consuelo alguno te sigo queriendo cada amanecer
como sombra voy caminando a solas con mi soledad.
Mis ojos padecen al mirar la casa donde ya no estás.
Corazón transido que me mancha el pecho y me hace sollozar.


Con un leve vuelo de mí te apartaste pequeña torcaz.
Porque no querías que te acariciase el pelo y la piel.
Regresa, te pido, a darme consuelo como sabes tú.
Alivia esta pena que me estruja el alma, Che pykasumi.

Joan Manuel Serrat





6 comentarios:

  1. Hola Maritornes:
    Me gusta mucho Serrat pero esta canción no la conocia.Es preciosa,pero que triste,casi me han venido ganas de llorar...
    Ya supongo como te debes sentir,es dificil pasar página,pero la vida sigue y es bella a pesar de los malos momentos por los que todos pasamos y tenemos que superar,aunque cuesta y no es tan fácil.
    Animo y adelante.
    Te felicito por tu blog y por lo bien que escribes.
    Procuraré entrar más pues me gusta.
    Yo soy una novata de la informática y admiro a los que haceis estos blogs tan bien hechos por su contenido y su estética...
    Un cariñoso abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Querida rosamaria:

    Gracias por visitarme.
    Gracias por tus palabras. Antes de moverme en este mundo "del interné" nunca pensé que fuese posible establecer relación con nadie sin poder mirarle a los ojos, pero con el tiempo he hecho verdaderos amigos, con los me une una amistad fuerte y bien cimentada.

    No. Como dices, no lo estoy pasando nada bien. Mi vida es en estos momentos un torbellino de cambios, algunos de ellos sin vuelta atrás, y la muerte de mi hermano, además, no la llego a asimilar del todo.

    Pero estoy VIVA. Y tengo ganas de vivir.

    En cuanto a la informática, he de decirte que hasta hace un tiempo no tenía ni idea de nada. Buscaba en Google y miraba las noticias y punto. Pero a través del interés por Virginia Maestro primero y después por la relación que se fue creando entre sus seguidores, entre los que encontré a gente buena e interesante, he ido aprendiendo. Mi blog es producto del ánimo que me dieron Julien, Corde, y Luisa especialmente. Ellos me empujaron y me ayudaron con la parte técnica.

    Gracias de nuevo, guapa.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Maritornes: Son inevitables ciertas reacciones de aquellos que nos rodean cuándo se han producido grandes cambios en nuestra vida.

    Hablas del castigo del silencio…todo se resolverá.

    Ten paciencia…dales tiempo.

    Envíales mensajes de cariño siempre que puedas.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Querida Bílbilis:

    De verdad lo estoy pasando mal. Espero que el tiempo, como dices, ponga todo en su sitio.

    Gracias de corazón por tus palabras. Siempre estás ahí.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Querida:

    Si la gente necesita tiempo habrá que dárselo, aunque sé que eso te duele enormemente.

    Particularmente prefiero el silencio a los insultos, supongo que lo que quieres decir es que sentirte ignorada duele más.

    Yo creo que el amor es incondicional y aunque haya problemas durante temporadas, con paciencia y buena voluntad, las cosas se solucionan.

    Un abrazo terapéutico.

    ResponderEliminar
  6. Mi querida Corde:

    Como no puedo dormir te respondo.

    Tienes mucha razón cuando dices que prefieres el silencio al insulto y que mejor sería definir lo que a mí me molesta como indiferencia.

    En realidad a lo que me refiero es al ninguneo.
    De repente he pasado a no existir. Mi teléfono se ha vuelto mudo.
    A los antes llamados amigos, y aún a la gran mayoría de los parientes, les ha entrado una amnesia galopante, y tanto me duele ver las sonrisas y los encuentros y comentarios entre ellos en Facebook, lo encantados que están de haberse conocido a ellos mismos y a los otros, que he preferido anular mi cuenta.
    Estoy triste, sí, pero también contenta de que haya nueva gente a mi alrededor que me acepta y me va cogiendo cariño. Eso consuela, aunque lo otro aún duela.

    Y también tienes razón al afirmar que la paciencia ayuda. Espero. Y por tanto espero.

    Me gustan tus abrazos terapéuticos. ¿Te lo he dicho alguna vez?

    ResponderEliminar