miércoles, 19 de agosto de 2009

Wendy y la burocracia.

En el país de Nunca Jamás no había que hacer papeles.

Yo no recuerdo que Wendy tuviera que empadronarse ni nada por el estilo.
Tampoco había que pensar en buscar casa, pedir créditos ni gestionar hipotecas.  Cuando llegó volando de la mano de Peter Pan no tuvo que pasarse por ninguna ventanilla en la que le dijesen "vuelva usted mañana", ni le preguntaron por su número de la Seguridad Social para que le asignasen médico, ni esas cosas.  De hecho no recuerdo que ninguno de los Niños Perdidos se pusiese enfermo, y si así fuera, seguro que Wendy lo arreglaba contándole un cuento.  
Los Niños Perdidos apenas recordaban nada de su vida pasada.  No tenían pesadillas, creo recordar.  No tener memoria ni noticia de los que les hubiesen hecho daño les ayudaba a ser más felices, por despreocupados.

En el País de Nunca Jamás ni al Capitán Garfio se le hubiese ocurrido la pequeña maldad (léase putada) de dar de baja un teléfono móvil de los que tenía en el mismo contrato con uno de sus piratas diciéndole a la compañía de teléfonos que se lo habían robado, de manera que el pirata en cuestión no pudiese recuperar su número, con las consiguientes molestias, es decir, comunicar el nuevo teléfono a toda entidad o posible futuro puesto de trabajo desde el que quisieran llamar a Wendy.  
Hasta los malvados de los cuentos tienen más clase que los truhanes que las matan callando en la vida real.

Y es que ésto no es un cuento. 
Ni éste es el País de Nunca Jamás.  
Ni yo soy Wendy.

1 comentario:

  1. No, no es un cuento, querida.

    Pero en la vida real, poco a poco y a pesar de la burocracia, las cosas se van solucionando.

    Es cierto, no tenían pesadillas y no tenían conciencia de su vida pasada, pero tú sí y por lo menos te quedan los momentos bonitos vividos.

    En cuanto a lo del móvil... Bueno, en el país de Nunca Jamás, no los necesitaban, pero claro es un cuento. Te han hecho una putada, sí, pero mira todo en esta vida tiene solución... Bueno, casi todo.
    Sonríe, que estás muy guapa cuando lo haces.

    Un besico.

    ResponderEliminar