Boca podrida, de ti sólo sale lo malo que llevas dentro. Tu boca es una metáfora de ti misma, es la ventana a la que se asoma tu maldad, toda la podredumbre de tu alma y de tu cuerpo.
Tu cuerpo, que es parábola, no de la mala suerte, sino de la falta de amor hacia los demás y hacia ti misma.
Tu orgullo era que te temieran, no que te amaran; así has ido echando de tu lado a todos los que se han acercado a ti sin otro afán que estar a tu sombra, a tu cobijo. Sólo eso. Pero tienes demasiada mala sombra.
Tu aliento mata, tu presencia enferma y tu influjo es tan dañino que vuelves peor al que está a tu lado. Así, ahora el que a ti se acerca lo hace para llevarse algo. Sea tangible, como un retazo de tu pasado expoliado por tu mano rota, o intangible, como la carnaza que le sueltas para que se distraiga un rato de su propia vida insulsa, aunque sea mentira. Haces la herida y te pones tú la venda.
Tenemos lo que nos merecemos. Así estás tú.
Nota para los asiduos:
Dejadme hoy despotricar. Hago caso omiso del aforismo que dice "No abras la boca si no es para decir algo bueno" y lo hago a conciencia. Me lo pide el cuerpo.