lunes, 4 de enero de 2010

La importancia de los ritos



Ayer nos invitaron a comer.

Quien nos invitó cocinó para nosotras comida cubana -porque de allí proviene- y encendió velas en la mesa, porque en Suecia, donde vivió durante años, es una manera de demostrar a los visitantes que pueden sentirse en casa. Con todo ello nos demostró su hospitalidad.

En la sobremesa hablamos de los ritos. Un rito es un mensaje, un recordatorio, un símbolo.
Sirve para traernos a la memoria a nosotros mismos algo que tiene importancia, para darnos seguridad, para marcar la diferencia...

Puede ser esclavizante o liberador. Será una esclavitud en el momento en que repitamos el rito habiendo olvidado su significado para nosotros, sólo porque "siempre se hizo así", o cuando lo repitamos aún cuando sabemos que nos es dañino.

Ritos los hay de muchas clases. Los hay religiosos que son un recordatorio, como la Navidad para los cristianos o el sacrificio de un cordero en las religiones semíticas. Los hay familiares, como los aniversarios, los funerales o el sexo tedioso en un matrimonio sin amor. Los hay nacionales, como la celebración del día de la Constitución o los desfiles militares, y los hay personales. Incluso los iconoclastas tienen sus ritos de negación.

En una ocasión leí la siguiente anécdota: Una recién casada quiso hacer una pierna de cordero al horno. Era un plato que había visto hacer a su madre infinidad de veces, así que le preguntó la receta. Ésta le dijo, entre otras cosas, que debía partir la pierna por la mitad. -¿Por qué?- le preguntó. -Pues... porque sí, mi madre lo hizo siempre así- le dijo ella. La chica no quedó muy convencida, así que fue a su abuela y le preguntó por qué siempre se debía partir la pierna de cordero por la mitad antes de meterla en el horno. -¡Ah (le dijo la abuela despreocupadamente), yo lo hacía así porque no tenía una bandeja en la que cupiese la pierna entera!-. He aquí un ejemplo banal de rito inútil.

A principios de año yo siempre he cumplido un pequeño rito: Revisar las cosas que tengo en casa, cuestionarme si aún las necesito y deshacerme de aquellas que ya no me sirven. Si están en buen uso busco alguien a quien pasárselas sin que se ofenda, o las llevo a alguna asociación benéfica. Algunas las tiro. Hay cosas que hay que tirarlas, como símbolo.

¿Qué rito practicas tú?

Edito:
Me he dado cuenta de que la ilustración que escogí en primer lugar daba lugar a malentendidos. En ningún momento os pido con la pregunta del final del Post que os defináis en términos religiosos o políticos. Si me conocéis un poco ya sabréis que soy la primera a la que no gusta que encasillen. Así que he cambiado la ilustración por una más obvia. Una mesa dispuesta, como símbolo de hospitalidad.
Todos tenemos pequeños ritos personales que, esos sí, nos definen, al menos de cara a nosotros mismos. Un poco como aquello de "yo me entiendo y bailo sola". A eso me refería con la pregunta.

3 comentarios:

  1. Hola Maritornes!!! Encantado de descubrir tu blog!! Soy de pocos ritos navideños, así que comentaré algo sobre las costumbres suecas: Ayer comí con una buena amiga venezolana que también ha vivido y más o menos sigue viviendo en Suecia (más o menos porque se la pasa de aquí para allá)... dile a esa persona que para el próximo Santa Lucía os invite a celebrarlo como hacen los suecos, con glögg (vino tinto caliente con especias), pepparkakor (galletas de jengibre) y lussekatter (bollitos de azafrán), es toda una experiencia... Besos!

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  2. Hola, hacia tiempo que no pasaba por aqui! Pues yo tengo dos ritos importantes!! Uno es el que haces tu, y que me ayuda a quitarme cosas de encima, muy útil la verdad. El otro es hacerme una lista corta y concreta de propósitos ( realistas para el nuevo año) lo bueno es que como son realistas, la mayoria siempre los cumplo y me siento bien cuando los reviso a final de año!! jaja!

    FELIZ AÑO!!

    Simplemente yo

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  3. ¡Hola Davidik!

    Me alegra encontrarte por aquí.
    Lo de la aldea global es una realidad evidente, como podemos ver.
    El vino caliente especiado lo conozco porque viví en Alemania, donde se sirve en Navidad, y lo mismo las galletas de gengibre, que me encantan. En realidad me gustan mucho todas las especias y las hierbas y me gusta probar cosas diferentes. Creo que las galletas las voy a hornear yo, porque para Santa Lucía falta un año y ya se me hace la boca agua.
    Besitos, guapo.

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    Hola, "simplemente tú":

    Ya he visto tus propósitos para este año. A finales de año me tienes que decir cuántas has cumplido. Seguro que todas, pues ya sabemos que soñar funciona.

    Un abrazo.

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