miércoles, 30 de septiembre de 2009

María Zambrano. ¿Por qué se escribe?


Este ensayo, recogido en su libro Hacia un saber sobre el alma, fue editado primero en 1934, en Revista de Occidente.


Hacia un saber sobre el alma (Fragmento)

POR QUÉ SE ESCRIBE

Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que, precisamente, por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas.

Pero es una soledad que necesita ser defendida, que es lo mismo que necesitar de justificación. El escritor defiende su soledad, mostrando lo que en ella y únicamente en ella, encuentra.

Habiendo un hablar, ¿por qué el escribir? Pero lo inmediato, lo que brota de nuestra espontaneidad, es algo de lo que íntegramente no nos hacemos responsables, porque no brota de la totalidad íntegra de nuestra persona; es una reaccion siempre urgente, apremiante. Hablamos porque algo nos apremia y el apremio llega de fuera, de una trampa en que las circunstancias pretenden cazarnos, y la palabra nos libra de ella. Por la palabra nos hacemos libres, libres del momento, de la circunstancia asediante e instantánea. Pero la palabra no nos recoge, ni, por tanto, nos crea y, por el contrario, el mucho uso de ella produce siempre una disgregación; vencemos por la palabra al momento y luego somos vencidos por él, por la sucesión de ellos que van llevándose nuestro ataque sin dejarnos responder. Es una continua victoria que, al fm, se transmuta en derrota.

Y de esa derrota, derrota íntima, humana, no de un hombre particular, sino del ser humano, nace la exigencia de escribir. Se escribe para reconquistar la derrota sufrida siempre que hemos hablado largamente.

Y la victoria sólo puede darse allí donde ha sido sufrida la derrota, en las mismas palabras. Estas mismas palabras tendrán ahora, en el escribir, distinta función; no estarán al servicio del momento opresor; ya no servirán para justiftcarnos ante el ataque de lo momentáneo, sino que, partiendo del centro de nuestro ser en recogimiento, irán a defendernos ante la totalidad de los momentos, ante la totalidad de las circunstancias, ante la vida íntegra.

10 comentarios:

  1. Maritornes, maravillosa reflexión

    En numerosas ocasiones hemos hablado de la terapia de la escritura, aunque pienso que compartida, es más terapia. Dice la propia M. Zambrano, “el riesgo tan cruel de no acertar con la palabra justa”, y eso ella. ¡Cómo será para el común de los mortales!

    Defiende la soledad del escritor. Creo que ella misma estuvo, por encima de todo, sola.

    Probablemente, esa soledad sea la causa de lo original y lo bello.

    Si te lo propones, Maritornes, puedes llegar a ser una buena alumna. Capacidades tienes!!

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Es genial este texto, te hace reflexionar (y leerlo varias veces, de paso).

    Últimamente la palabra libra más batallas en mi vida, quizás porque me siento acompañada, quizás un poco también porque no quiero salir derrotada, a pesar de que se convierta en losa después. Por ambas cosas no escribo tanto últimamente. Porque comparto mi soledad con otra persona que además me escucha y porque tampoco siento la necesidad de sentirme derrotada para luego recuperarme con la escritura. O es eso o es que ando vaga. Vos diréis, que me conocéis mejor que yo.

    Un abrazo (escrito para recuperar mi derrota sentimentaloide).

    PD: Rectifico o más bien amplío mi comentario. Últimamente casi ya ni hablo más que en mi trabajo. Ahora siento más que hablo y es genial comunicarse de esa manera.

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola a todos!
    Vengo en busca de esas palabras.
    De las que te comunican otros sentires,de esas que quieren explicar,compartir un pensamiento.

    La palabra escrita es más reflexiva, pero las que brotan impulsivamente, defendiendo tus convicciones, que han estado esperando largo tiempo para ser dichas, pueden estar muy bien.

    Sé que aquí encontraré ambas maneras de decir lo que sientes,por lo tanto, se despide hasta otra una de tus lectoras.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  4. Queridas chicas:

    Siento no haber entrado aquí desde hace días ni haber contestado. Siempre me alegra mucho encontrarme con vosotras en este lugar, pero Corde, mi compañera, mi amor, ha estado en el hospital varios días. Así que ni estaba en casa ni tenía cabeza para nada más.

    Un abrazo a las dos.

    ResponderEliminar
  5. Querida Mari:

    Espero que Corde ya esté recuperada.Un abrazo muy fuerte para las dos.

    Te sigo leyendo todas las semanas. Cada lunes busco por si hay entrada nueva. Esta última ha sido de las gordas. De esas que necesito releer para intentar comprenderla. Básicamente estoy de acuerdo pero ¿ y si no encontramos el "centro de nuestro de ser"?. Hay pocas palabras que duren toda una vida.

    Besets

    ResponderEliminar
  6. Querida Maritornes:

    Cuánto lo siento. Espero que la estancia de Corde en el hospital haya sido leve. Estoy segura de que la mimarás debidamente.

    Un fuerte abrazo para las dos

    ResponderEliminar
  7. Deseo que se recupere pronto y todo vuelva a la normalidad.

    Mientras tanto recibid las dos un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Querida Suzz:

    Llevo días sin escribir. Más: Sin leer siquiera.
    Corde está mejor, aunque es un problema crónico. Pero tiene muchas ganas de estar bien y hace todo lo que sabe que le conviene para mejorar su estado. Es una paciente con paciencia.
    No es esa la razón de que yo no escriba. Estoy vaga.

    "El centro de nuestro ser" está ahí, en el centro de nuestro ser, Suzz. Pero vivimos a veces tan "hacia fuera" que no tomamos tiempo para reencontrarnos.

    Y las palabras... se las lleva el viento. Pero algunas sí duran toda la vida. Las que no debieran quedar nunca son las que ofenden, a conciencia o sin querer. Pero esas, tristemente, son las que se quedan a menudo más grabadas, seamos las que las emitimos o las que las recibieron.
    Pero el hecho de que las palabras no duren toda la vida no es negativo en sí, ¿no crees? Sólo es una prueba de que vamos cambiando, vamos evolucionando. A ser posible sin perder nuestro centro.

    Un beset, guapa.

    :::::::::::::::

    Queridas Monse y Bílbilis:

    Muchas gracias a las dos por interesaros y por estar ahí. Gracias de corazón.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  9. Si escribir es buscar respuestas en ti y consideramos al amor como la única respuesta definitiva; el único modo de comunicación plena; el único lenguaje universal, por debajo del decir, por debajo de lo que nunca dijimos... entonces mientras sintamos amor acaso la apremiante necesidad de escribir ceda, desatandose nuevamente las musas cuando temamos perder ese amor o cuando, efectivamente, lo hayamos perdido; cuando temamos haber sido los culpables de su fin o acaso no entendamos, cuando necesitamos hacerlo, que le diera fin el otro, o el otro simplemente ya no esté (porque al final siempre está la perdida, aún la involuntaria, la natural.... Y es entonces cuande surge de nuevo la palabra escrita.. ¡Pero también podemos cantar al sentimiento mientras dura!; ¡también podemos dar testimonio de lo bueno! así, de algún modo, ¿no lo haremos eterno?.. si la escritura, que evoca, nos hace, nos invita a renacer, tiene vocación y posibilidad de permanencia. Ella sí escapa a lo finito, a las coordenadas del tiempo y el espacio; así en cualquier momento futuro en cualquier espacio, acaecerá, en algunas manos, delante de unos ojos, el evento de lo escrito...

    ResponderEliminar
  10. Gracias por esta entrada, precisamente trabajo en algo sobre esta autora. :) Me ha encantado tu blog y tu nombre, tú nombre ¡Dios!, es encantador :) muchas gracias nuevamente y saludos!!

    http://letrasyotrasperipecias.blogspot.com/

    ResponderEliminar