La noche del 30 de abril fue una noche para recordar. Fue la noche de las miradas.
Estuve en la sala Luz de Gas, en Barcelona, en un concierto de Labuat.
Virginia Maestro, la personita a la que quería oir en directo, tiene unos ojos espectaculares, aún a cierta distancia. Pero había otras miradas que yo quería encontrar.
Esa noche reconocí, en personas a las que no conocía aún en persona, miradas de muchos tipos:
Miradas observadoras (que no críticas), miradas de reconocimiento, de cariño, de alegría y ternura ante la felicidad del otro, alguna mirada asustada, alguna mirada triste en una cara preciosa, miradas de niño en un hombre hecho y derecho, padre de familia, miradas de entendimiento ante una mala noticia, porque no hacía falta decir más... y miradas de amor.
No está mal para una noche. Buena cosecha.
Estimada Suzz... Miricha, querida niña... mi querida Corde: Estas palabras han sido escritas pensando en mucha gente, pero van dedicadas especialmente a vosotras, que os pasáis por aquí y a quien pude mirar a los ojos esa noche. ¡Qué pena no haber encontrado a otros y otras que por aquí aparecen! Lástima.
Mirar es el preludio del amor, sea éste del tipo que sea. Pero que nunca se quede en eso nada más. Durante muchísimos años yo fui una persona que no se dejaba tocar. Sólo miraba y permitía ser mirada a los ojos. Más o menos conscientemente me escondía bajo la apariencia de mujer dura y autosuficiente (cuando me sentía como una niña vulnerable, en realidad), me escondía bajo kilos de más, me escondía de mil maneras. Los años y las ganas de vivir me fueron ir dejando corazas por el camino. A veces por medio de la autocrítica y la autoobservación, otras veces por los comentarios de amigos de verdad, en otras ocasiones por medio de ayuda profesional, a la que acudí cuando necesité un poco de guía para adentrarme en mi propio alma.
Todo porque no quería acabar como la protagonista femenina de esta canción de Serrat:
Esa noche yo también vi muchas miradas. Una muy azul e hipnótica encima de un escenario, maravillosa. Otras eran del color de la vida, chispeantes y juguetonas, enjuiciadoras pero valientes, sorprendidas pero felices, temerosas pero obstinadas, entusiasmadas y regocijadas. Miradas que se podían tocar. Un bonito color.
Las miradas en ocasiones son más importantes que las palabras y ayudan mucho en los momentos más críticos. Y esa noche todos nos miramos mucho y nos comprendimos aún más. Fue una noche reveladora. Puedes mirar por fin, después de estar meses y meses guiándote sólo por unas palabras escritas en el ordenador, que a veces esonden grandes corazas...
Y ahora que te conozco pienso en cómo la gente ha dejado pasar tu mirada y no ha visto en ti todas las cualidades que al menos algunos vemos claramente. Tu bondad, tu inteligencia, tu generosidad, tu comprensión... y mil cosas que enumeraría si no tuviera tanto sueño. Porque el día 30, muchas personas conocieron a la verdadera Maritornes y vieron en ti esa mirada que desprende tanta ternura que a veces duele mirarte. Gracias por saber mirar. Un besico.
Hay miradas con brillo..miradas apagadas,miradas alegres y miradas ristes.
También miradas sinceras y miradas profundas..y cariñosas..¿Como será la tuya?... Aun no he mirado tus ojos,ni los de aquellos que pudistes mirar esa noche.
Habrán más noches..más encuentros..más conciertos..y veré vuestras miradas.
La protagonista de la canción de Serrat no quiere construir futuro ( frase, que me apropié de un profesor de griego que repetía frecuentemente) más bien, alimenta una fantasía .Cómo no le parece suficiente, da un paso más y quiere materializarla. Su opción fue una aventura.
En cuanto a la noche del 30 de Abril que comentáis debió ser especial, y aún más si cabe, con una Virginia que empieza a destapar el tarro de las esencias
No me gustan las etiquetas, no me gustan los corsés, no me gusta que me cataloguen.
Quiero querer, para después poder. Quiero olvidarme de mí, para encontrarme, y reconocerme, y aceptarme, y así estar en paz conmigo y con mi mundo.
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Querida Mari,
ResponderEliminarMe alegró tanto aquella noche, conocernos fue tan agradable, poder hablar en persona, como bien dices, ver las miradas de la gente.
Mi mirada desde aquella noche ha cambiado, creo que para mejor, ahora ya no está tan triste y sonríe de vez en cuando, sobre todo, cuando hace sol.
Muchos besazos Mari.
Tener una espectadora crítica como tú, que no dá nada por hecho, y que sale contenta de un concierto, hace que suban mis expectativas.
ResponderEliminarRespecto a todo lo demás ,debe ser sorprendente ponerle cara, miradas, a lo que tú te has imaginado de la gente.
Y la canción me sugiere otro título: Déjate querer.Besos
Esa noche yo también vi muchas miradas. Una muy azul e hipnótica encima de un escenario, maravillosa.
ResponderEliminarOtras eran del color de la vida, chispeantes y juguetonas, enjuiciadoras pero valientes, sorprendidas pero felices, temerosas pero obstinadas, entusiasmadas y regocijadas. Miradas que se podían tocar. Un bonito color.
Besets Mari
http://www.youtube.com/watch?v=XMnvqrwlOrM
Las miradas en ocasiones son más importantes que las palabras y ayudan mucho en los momentos más críticos.
ResponderEliminarY esa noche todos nos miramos mucho y nos comprendimos aún más. Fue una noche reveladora. Puedes mirar por fin, después de estar meses y meses guiándote sólo por unas palabras escritas en el ordenador, que a veces esonden grandes corazas...
Y ahora que te conozco pienso en cómo la gente ha dejado pasar tu mirada y no ha visto en ti todas las cualidades que al menos algunos vemos claramente. Tu bondad, tu inteligencia, tu generosidad, tu comprensión... y mil cosas que enumeraría si no tuviera tanto sueño. Porque el día 30, muchas personas conocieron a la verdadera Maritornes y vieron en ti esa mirada que desprende tanta ternura que a veces duele mirarte.
Gracias por saber mirar.
Un besico.
Hay miradas con brillo..miradas apagadas,miradas alegres y miradas ristes.
ResponderEliminarTambién miradas sinceras y miradas profundas..y cariñosas..¿Como será la tuya?... Aun no he mirado tus ojos,ni los de aquellos que pudistes mirar esa noche.
Habrán más noches..más encuentros..más conciertos..y veré vuestras miradas.
Mientras tanto,escucho tu voz.
Besitos.
La protagonista de la canción de Serrat no quiere construir futuro ( frase, que me apropié de un profesor de griego que repetía frecuentemente) más bien, alimenta una fantasía .Cómo no le parece suficiente, da un paso más y quiere materializarla. Su opción fue una aventura.
ResponderEliminarEn cuanto a la noche del 30 de Abril que comentáis debió ser especial, y aún más si cabe, con una Virginia que empieza a destapar el tarro de las esencias
¡Qué gustazo!
Un beso