jueves, 22 de julio de 2010

Vacaciones de blog


No me voy yo, se van las ganas de escribir, por ahora.
Hasta pronto.

martes, 20 de julio de 2010

La burbuja



Sé que hay una burbuja cerca de mí. Una burbuja frágil, porque es muy fina, transparente, pero a la vez extrañamente resistente. Esa resistencia se basa en su elasticidad.
Es como una pompa de jabón. O como una pompa dentro de otra, así como las hacen los magos hábiles que se dedican a este pequeño y efímero arte.

Esta burbuja es lo suficientemente grande como para que yo no sepa si la superficie es cóncava o convexa, si me envuelve o me deja fuera. Sólo sé que, a veces, me aleja de ti.
No sé cuál es el material del que está hecha. Puede ser de protección mal entendida -¿de qué hemos de protegernos, si no hay ánimo de hacer daño por ninguna de ambas partes?-, de dolor antiguo, de rigidez. Puede que esté hecha de táctica -o estrategia- inconsciente por no querer sentir de nuevo la sumisión...
Me pregunto si todo eso se podría resumir en la palabra miedo.

O quizá sea verdad que solo existe en mi imaginación. Pero ¿No es la imaginación tan real como esa pompa que puede explotar y desaparecer en un instante? ¿Quién diría que esa pompa no existió por un momento, dejando una impronta en mi memoria?


Cómo lograr la liberación de la entrega?
¿Cómo ser capaz, además, de traspasar la burbuja del otro?

miércoles, 14 de julio de 2010

Gloria Fuertes: Poeta (que no poetisa) básica y basicota


Nací para poeta o para muerto,

escogí lo difícil

-supervivo de todos los naufragios-,

y sigo con mis versos,

vivita y coleando.

Nací para puta o payaso,

escogí lo difícil

-hacer reír a los clientes desahuciados-,

y sigo con mis trucos,

sacando una paloma del refajo.

Nací para nada o soldado,

y escogí lo difícil

-no ser apenas nada en el tablado-,

y sigo entre fusiles y pistolas

sin mancharme las manos.

Gloria Fuertes (1917-1998)

Dedicado especialmente, y por diferentes motivos, a Paloma, Marta, Rebeca, Augusto e Ignacio

jueves, 8 de julio de 2010

Vómito



Boca podrida, de ti sólo sale lo malo que llevas dentro. Tu boca es una metáfora de ti misma, es la ventana a la que se asoma tu maldad, toda la podredumbre de tu alma y de tu cuerpo.
Tu cuerpo, que es parábola, no de la mala suerte, sino de la falta de amor hacia los demás y hacia ti misma.

Tu orgullo era que te temieran, no que te amaran; así has ido echando de tu lado a todos los que se han acercado a ti sin otro afán que estar a tu sombra, a tu cobijo. Sólo eso. Pero tienes demasiada mala sombra.
Tu aliento mata, tu presencia enferma y tu influjo es tan dañino que vuelves peor al que está a tu lado. Así, ahora el que a ti se acerca lo hace para llevarse algo. Sea tangible, como un retazo de tu pasado expoliado por tu mano rota, o intangible, como la carnaza que le sueltas para que se distraiga un rato de su propia vida insulsa, aunque sea mentira. Haces la herida y te pones tú la venda.

Tenemos lo que nos merecemos. Así estás tú.

Nota para los asiduos:
Dejadme hoy despotricar. Hago caso omiso del aforismo que dice "No abras la boca si no es para decir algo bueno" y lo hago a conciencia. Me lo pide el cuerpo.


lunes, 5 de julio de 2010

A todas las Wendys que han sido y serán



Mi amiga U.A. sentía necesidad de abrir las ventanas y dejar correr el aire.

Deseaba que un golpe de aire se la llevase lejos. Lejos del peso de las responsabilidades autoimpuestas, del lastre familiar, de la isla interior en la que se sentía náufraga.

Como una pequeña Wendy deseaba volar a Nunca Jamás, pero sus niños, grandes y pequeños, no le dejaban tiempo ni lugar para soñar.

En realidad lo que le gustaría es que la cuidasen a ella. Pero ¿Quién te va a cuidar si no lo pides?

Algún día.